El sábado, aparte de realizar algún juego (Houdini y el Átomo), hemos charlado sobre el rumbo de las comunidades, han salido recomendaciones importantes, que no podemos dejar de tener en cuenta.
Mientras los miembros del Consejo de marcha se reunió para decidir cuándo se reuniría, los demás realizamos una actividad artística-artesanal: Títeres, los títeres son una entretenida forma de representación teatral apta no sólo para los más pequeños. De hecho, en innumerables ocasiones han servido para poner de relevancia problemáticas del mundo juvenil y adulto de manera ágil y directa. Hemos dialogado sobre la importancia de aprender nuevas técnicas para poner al servicio de los demás. Algunos chicos se animaron a comentar sus experiencias en visitas a hogares de niños.
Respecto a los títeres, también conversamos sobre la forma en que pueden realizarse, pero que no siempre lo más importante es su estética, sino su personalidad. A menudo estos personajes ficticios son creados simulando o exagerando las características de alguien real o imaginario. Por eso cada caminante creó un personaje propio y original sin más restricciones que las dictadas por la imaginación. Durante un tiempo prudente, los participantes “pensaron” en su personaje: apariencia general, rostro, cabello, voz, vestimenta, comida preferida, etc. Cuando estuvo definido, cada uno hizo su presentación.
Existen distintos tipos de muñecos que pueden utilizarse para estas representaciones, por ejemplo: muñecos movidos con uno o dos dedos, muñecos sorpresa, muñecos movidos con un palo (este sería el nuestro), y los tradicionales títeres, aquellos muñecos movidos con toda la mano.
Trabajar o representar con títeres es hacer un teatro muy sencillo y estilizado en el que la fantasía de los espectadores desempeña un papel fundamental. Por ello, no es necesario respetar las leyes de la anatomía al confeccionar los muñecos, sino todo lo contrario. Las formas -sobre todo las cabezas- pueden exagerarse conscientemente para lograr una caricatura de los personajes. La única exigencia es que los espectadores reconozcan desde el primer momento las características esenciales de cada muñeco, así como del mundo que representan; de lo contrario la presentación fracasará.
Un poco de orden y paciencia, junto con mucho ingenio y creatividad, fue suficiente para obtener excelentes resultados.
Para la confección de las cabezas utilizamos maracas de cotillón , para el cuerpo o vestimenta hemos usado una tela que parece papel llamada fiselina , y para los detalles (barba, pelos, adornos, sombreros) usamos más tela, botones , marcadores y pegamento.
El resultado final lo mostraremos el sábado.
Pero como toda representación artística, los títeres necesitan un espacio especial: un «escenario», por ello es necesario construir un «teatro» donde sean representadas las historias sin que pueda verse a los manipuladores o el trabajo que se desarrolla tras bambalinas. Esa es la consigna para este fin de semana (aparte de elaborar el dialogo o guión de la obra). El guión debe hacerse por equipos, o juntándose dos equipos para cada obra, respecto al escenario, cada patrulla debería ver si arma el suyo, o ponerse de acuerdo para realizar entre todos un solo escenario.
Los teatros más recomendables para este tipo de casos son los de sobremesa pues, además de disponer de un escenario bastante amplio con espacio para bastidores y decorados, pueden colocarse sobre cualquier mesa rectangular a la que se sostienen con alguna prensa o ayudándose con algún otro elemento.
Al finalizar la actividad se hizo otro juego, con globitos de carnaval cargados con agua.
Se avisó que el día domingo, la comunidad parroquial de San Francisco nos invitaba a la “Batucada de San Francisco” es una caminata por las calles del barrio, repartiendo los programas de la Fiesta Patronal.
En la última imagen vemos a Cata, la nueva integrante del equipo de dirigentes de la Comu, junto a Julia, la única caminante que respondió a la invitación de ese día.
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