¿Caminantes?

La razón de existir es la búsqueda constante de la felicidad,
vive el caminante, se encuentra el camino, mas el camino no
es el caminante.
Uno solo de frente al universo con millones de dilemas por
resolver, el conocimiento llenando nuestro cerebro de
información, y el corazón tirando para el lado contrario.
Los sentimientos son la fortaleza en que habita la palabra
que es una llave que todo lo puede abrir: "LA POSIBILIDAD"
Siempre que quede una oportunidad nada estará perdido.
(Anónimo)

martes, 8 de junio de 2010

Bolsa de Dormir

Al elegir una bolsa de dormir, es necesario valorar nuestras necesidades partiendo del uso que vamos a darle. No es lo mismo utilizar una bolsa para ir de camping, que para hacer media o alta montaña. Tampoco nos servirá igual para cualquier estación del año, así que su adquisición será adaptada a la estación en la que normalmente lo utilicemos.
Lo ideal sería disponer de 2 bolsas: una para primavera-verano (épocas calurosas) y otro para otoño-invierno (utilización con frío intenso), aunque lo más habitual es disponer de un solo saco, polivalente para las 4 estaciones del año. Los más polivalentes y usados en nuestro país son los sintéticos de gama alta (invierno), ya que suelen ser suficientes para salir durante casi todo el año.
Hay que tener en cuenta que no solo el tipo y cantidad de relleno afectarán a la capacidad de retención térmica de un saco. Su construcción será determinante para proporcionar las máximas prestaciones en cualquier postura y situación.

Partes de una bolsa
Exterior. Se utilizan nylons y tejidos similares. Los tratamientos de hidrofugado ayudan a repeler la humedad ambiental. Los confeccionados con tejidos impermeable /transpirable pueden utilizarse tranquilamente en vivacs, aunque para estos casos utilizaremos normalmente las fundas de vivac.
Interior. Suelen ser de nylon o de algodón. El nylon es mucho más ligero que el algodón, pero a diferencia de este último, con el sudor se pega a la piel. El algodón, en verano, absorbe la humedad generada por la transpiración y en invierno retiene el calor.
Rellenos. Son los que nos protegerán realmente del frío. El sistema consiste en conseguir formar el mayor número posible de cámaras de aire del mínimo tamaño. El peso y volumen del material serán los menores posibles. Las fibras sintéticas permiten meter el saco directamente en el lavarropas, con el mínimo de cuidados y son los ideales como sacos de verano, los cuales, a consecuencia del sudor, se ensucian antes. Los sacos de gama alta utilizan fibras de menor volumen, con retenciones térmicas superioriores. La pluma tiene la propiedad de expandirse y comprimirse mejor que la fibra. También ocupa menos espacio cuando la bolsa está dentro de su funda y a igualdad de prestaciones, pesa menos. Su inconveniente es que son más delicados que los sintéticos y hay que evitar que se mojen, razón por la cuál, en su interior algunos modelos llevan nylon y no algodón (el algodón absorbe humedad). Tampoco puede lavarse a menudo como el caso de las fibras y debe realizarse con productos especiales. De no ser así, la pluma se apelmaza y se crean huecos en el interior de las cámaras de la bolsa.
Costuras. Una bolsa de altas prestaciones siempre dispondrá de costuras internas /externas disociadas o desplazadas. Las bolsas que dispongan de única costura, transmitirán directamente el frío a través de ellas.
Cierre lateral. Permitirá entreabrirlo si la temperatura es alta. Los cierres especiales de los sacos invernales evitan que se hielen. Los modelos que disponen de una tapa con el mismo relleno que el resto de la bolsa evitan la entrada del frío, el viento y la lluvia. Normalmente los diestros elegirán una bolsa con la cremallera a la izquierda y los zurdos a la derecha para facilitar su uso. Casi todos las bolsas del mismo modelo, que dispongan de ambas cremalleras, podrán ser unidos, formando lo que sería una única bolsa de 2 plazas.
Collarín térmico. Es una pieza que, unida al interior de la bolsa, puede ceñirse alrededor del cuello. Evita la pérdida del calor del cuerpo, permitiendo si se desea, dejar la entrada de la bolsa totalmente abierta. Toda bolsa utilizada para fríos extremos debería disponer de collarín.
Capucha. Su diseño contribuirá a evitar pérdidas de calor en la zona de la cabeza.
Loft. Es el grosor o volumen que adquiere la bolsa al expandirse su relleno. Dependiendo del tipo de relleno (pluma o sintético) y su calidad, nos aislará más o menos. Así pués, dos bolsas con el mismo loft no tienen porque aislar igual, sino que simplemente tendrán el mismo grosor.
Cotas perimétricas. Llamaremos cotas perimétricas a los perímetros de hombros, parte central y bajos o pies de la bolsa.

Tipos de Bolsa
Expedición y grandes alturas. Preparadas para las condiciones más frías del planeta. Normalmente confeccionadas de plumón (duvet).
Alta montaña o 4 estaciones. Suelen emplearse para temperaturas bajo cero, llegando a oscilar éstas aproximadamente entre los -5º C y los -20º C de temperatura confort. Las de mayor retención térmica son las de 'duvet'. Las de fibras sintéticas de alta calidad ocuparán mayor volumen y pesarán más.
Trekking o 3 estaciones. Ligeras y resistentes. Pensadas para utilizarlas en temperaturas moderadas, algunos modelos pueden llegar a cubrir las necesidades de utilización en temperaturas bajo cero, aunque no muy frías. Los modelos más ligeros nos evitarán pasar calor con temperaturas elevadas, al igual que la capacidad de entreabrir la cremallera lateral si la temperatura es alta. Los de fibra podrán lavarse a menudo.
Super-ligeros. Como su nombre indica, la principal característica es su poco peso y reducido volumen para el transporte. Pueden estar confeccionadas tanto con fibras como con pluma. Hay que ser conscientes de que una bolsa tan delgada no puede protegernos del frío intenso.
Transformables. Se trata de la opción más sencilla. Ya no son tipo momia sino cuadrados y por lo tanto dejan escapar el calor corporal alrededor de los hombros. Su cremallera perimétrica permite el desmontarlo para utilizarlo como una manta o bien conectarlo con otro saco de iguales características.

Temperaturas Máximas
Hay que tener en cuenta que el indicador de temperatura especificado por cada fabricante, siempre está dado en su límite extremo, pudiendo variar según el metabolismo del usuario, la humedad ambiental, presión atmosférica, velocidad del viento, cansancio, alimentación inadecuada y la propia noción de frío. Estas cifras deben ser empleadas como instrumentos comparativos y debemos interpretarlas a modo de orientación y nunca como valores absolutos.
Si realizamos una estancia dentro de una bolsa, con una temperatura exterior al límite de su temperatura máxima, lo pasaremos realmente mal si no nos protegemos con algo más.
No solo el tipo y cantidad de relleno afectarán a la capacidad de retención térmica de una bolsa. Su construcción será determinante para proporcionar las prestaciones de dicha bolsa en cualquier postura y situación.

Consejos de Utilización
Agitar la bolsa enérgicamente para que las fibras huecas recojan aire y aumenten de volumen. De este modo se consiguen aumentar sus cámaras de aire (loft) y mejorar su retención térmica.
En situaciones de frío extremo, cubrir la cabeza con un gorro de lana, pluma o fibra térmica. Con ejercicios gimnásticos antes de acostarse temperaremos antes el interior.
Si las temperaturas son muy bajas, protegeremos nuestras botas colocándolas en el fondo de la bolsa, dentro de una bolsa de plástico o papel, para que no se endurezcan.
Dormir con la ropa utilizada durante la jornada disminuye el descanso. El sudor y la humedad dificultan el sueño. Utilizaremos poca ropa y es conveniente saber que para dormir es mejor un par de prendas finas que una gruesa.
La humedad generada por la transpiración se acumula en el relleno de la bolsa, haciendo que ésta pierda parte de su capacidad térmica. Por la mañana extraeremos su interior para airearlo.
El peso de la persona comprime el relleno del saco, disminuyendo su protección térmica. El frío y la humedad procedentes del suelo son muy perjudiciales para nuestro organismo. Por ello, es importante la utilización de colchones aislantes, que además evitarán que las irregularidades del terreno dañen nuestra espalda.
Utilizar una funda de vivac aumentará la retención térmica del saco, además de protegernos de la humedad, manchas en la bolsa y desgarrones.
Con una bolsa demasiado larga se tendrá que calentar mucho más aire y por tanto será más frío. La mayoría de las bolsas son de longitud única, así que puede utilizarse una soga o ropa para atar los bajos y reducir el tamaño interior.
Mantener la bolsa seca, aunque sea sintética. Llevarla en la mochila dentro de una bolsa plástica es muy fácil y se asegura mantenerla seca, aunque se camine en lluvia.
Como almohada, lo más fácil es usar la funda de la bolsa llena con ropa. Algunas bolsas poseen compartimiento con el mismo objetivo.

Consejos para la Conservación
Colgar la bolsa cuando no se utilice para evitar que la presión de la funda de transporte deteriore sus fibras. Esto es muy beneficioso para las bolsas de pluma.
Una buena bolsa de plumas permanecerá en la funda de transporte (funda de compresión) el tiempo mínimo necesario. Cuando no se utilice, se usarán las fundas de almacenaje especiales para ello. Así evitaremos que la pluma se apelmace.
Es conveniente guardar las bolsas (sobretodo las de pluma) en su funda sin enrollarlos. De otro modo, al repetirse siempre los mismos pliegues, quedarían zonas del relleno vacías. Empezar a embutirlo en su funda por los pies, a la vez que se reparte el volumen por toda la zona. De este modo el aire saldrá por la cabeza de la bolsa sin dificultad.
No fumar dentro de la bolsa, ya que sus materiales suelen ser altamente inflamables.
En caso de rotura, quemadura o desgarrón, utilizar los adhesivos especiales para repararlos.
Utilizar fundas interiores de algodón nos evitará tener que lavar regularmente la bolsa, pues solo tendremos que lavar ésta.

¿Cómo limpiar la bolsa?
Una bolsa de dormir con unas mínimas prestaciones solamente puede lavarse con productos especiales para ello.
Se dejará secar a la sombra. Los de pluma pueden tardar hasta 5 o 6 días en secar.
Nunca utilizaremos secarropas.
La bolsa de pluma se extenderá en horizontal y cuando esté seca se desmenuzará y desapelmazará la pluma, sacudiéndolo hasta que recupere su loft.
Materiales naturales: bolsas de pluma de ganso. El problema puede aparecer en días lluviosos o de alta humedad ambiental. La pluma pierde mucho su capacidad cuando está mojada. Una vez mojada toma mucho tiempo lograr secarla.
Materiales sintéticos: estos materiales no llegan al nivel de aislación, con el mismo volumen (bulto) que la pluma. Sin embargo la gran ventaja se tiene una capacidad aislante estable cuando están mojados.

Tipos de Pluma
Existen distintas calidades y su clasificación de mayor a menor retención térmica sería el duvet, el plumón y la pluma triturada. Con el duvet difícilmente notaremos el tacto de la caña, que en definitiva es la que reduce el efecto de retención térmica y reduce la capacidad de compresión.
A las pulgadas cúbicas ocupadas por una onza de pluma se le llama "cuin". Cuanto más alto sea el "cuin", mayor será su espesor (loft) y mayor retención térmica aportará. Por normal general 500 cuin suele aceptarse como el estándar.
Rellenos de Fibra
Hollofil II®. Fibras huecas de poliéster Dacron, con 4 canales y siliconadas. Suave al tacto y resistente al lavado.
Hollowfibre 4®. Fibra con 4 canales huecos en su interior, que retienen hasta un 20% más de calor que una fibra sólida, incluso en mojado. Antialérgico y muy resistente al lavado.
LCW®. Poliéster siliconado que entremezcla un 70% de fibras huecas (ligeras y atrapan eficazmente el calor) y un 30% de microfibras espirales (elásticas para mantener el loft).
Micro-loft®. Microfibra con un gran poder de retención calorífico incluso en mojado y reducido volumen. Antialérgico y muy resistente al lavado.
Polarguard® 3D. Fibra continua resistente y duradera. Altamente comprimible en reducidos espacios, tiene un alto poder de retención térmica y un peso similar al de la pluma.
Thermolite® Extreme. Combinación de 3 fibras. La primera tiene un fino denier para una buena retención térmica y compactibilidad. La segunda otorga gran resistencia y durabilidad al tejido. La última está anillada configurando una especie de muelles que propician el loft. Es antialérgico, inodoro, resistente al lavado y seca rápido.
Thinsulate® Liteloft. 75% poliéster y 25% polipropileno. Las fibras individuales tienen una camisa exterior con un punto de fusión menor que el alma interior. Con ello se soporta mejor el desgarre que soportan los cajones sintéticos que lo llevarían a un pronto envejecimiento. Es ideal para utilizaciones en que continuamente se mete y saca el saco de su funda. Gran poder térmico.
Trevira® Fill. Fino entrelazado de fibras elásticas que forman millones de cámaras de aire. Desplaza la humedad hacia el exterior y mantiene el calor, confiriendo un mayor confort. Un acabado con silicona permite a la fibra obtener una gran capacidad de deslizamiento, suavidad y poder de recuperación. No retiene el polvo ni produce alergias.

Partes de una Bolsa
01. Base espaciosa
02. Tapa térmica en cremallera
03. Ceñidor de cabeza
04. Capucha ajustable
05. Collar térmico ceñidor
06. Velcro® de ajuste en hombros
07. Costuras diferenciadas
08. Cremallera de doble cursor
09. Bandas anti-deslizantes
10. Cintas para colgar


Aislantes
Como su nombre genérico indica, los aislantes resultan indispensables para aislarnos de la humedad y el frío del terreno.
Contribuyen a reducir el deterioro de la bolsa de dormir y además nivelan mínimamente las ondulaciones producidas por las piedras y ramas, aunque pueden resultar muy rígidos para una espalda delicada.

Fuente: Manual Scout

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